La aventura de buscar nuevas metas laborales
Desde la asociación DOWN VIGO, comparten con nosotros la experiencia laboral de Beatriz Silva Sánchez, una joven con discapacidad intelectual, que desde hace años se forma y trabaja para lograr su autonomía e independencia.
Hace 15 años que Beatriz Silva Sánchez forma parte del servicio de Empleo con Apoyo de la entidad gallega.
Acababa de pisar la asociación cuando consiguió su primer contrato y fue justo en el sector en el que anhelaba trabajar y para el que se había formado: quería trabajar con niños.
Esta experiencia inicial, como acompañante de autobús escolar, duró casi siete años y proporcionó a Bea las primeras enseñanzas sobre el mundo laboral:
“Aprendí lo que es un preparador laboral y a trabajar con niños, que es difícil”, señala la joven.
Tras este primer contacto, y a la espera de una nueva oportunidad, Bea tenía claro que su meta era trabajar “de cualquier cosa que hubiera en Empleo”, y realizó prácticas como operaria textil, recepcionista y auxiliar de ludoteca.
Aunque no tuvo inconveniente en probar en sectores diferentes, tenía clara su vocación. Por eso, en 2016, tras realizar un curso de auxiliar de comedor, llegó la recompensa en forma de contrato de trabajo. Al principio, la previsión era de una experiencia corta, pero resultaron ser cuatro cursos, no tan “ideales” como Bea pensaba:
“Al principio estaba bien y me gustaba el comedor con los niños. Quería tener un trabajo y ganar dinero para gastarlo. Después me cansé. A veces me ponía muy nerviosa y no sabía qué hacer y empezó a dejar de gustarme”, explica.
Tras esta experiencia, Bea trasladó al Servicio de Empleo que preferiría cambiar de sector, y así mientras llegaba otra oportunidad, seguía en el comedor escolar. En marzo de 2020, llegó el confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19, y los colegios cerraron sus puertas. El tiempo se paró para todos. También para Bea, que tuvo tiempo para reflexionar sobre su futuro profesional.
Esta joven gallega, tuvo claro que no quería continuar trabajando en el comedor ni en ese sector, y centró su meta laboral en el sector del comercio. Comenzó a trazar su propio camino para poder alcanzar su objetivo: trabajar en dicho ámbito.
El primer paso fue el de asistir a reuniones con el servicio de Orientación Laboral de la entidad, en busca de formación específica en este sector.
Llegó entonces la oportunidad de cursar el certificado de profesionalidad Actividades Auxiliares de Comercio. Las prácticas formativas resultaron motivadoras para ella y actuaron como motor para seguir. Sin embargo, sus ganas toparon con la dura realidad de no encontrar oportunidades laborales. Tras una corta experiencia en limpieza, Bea tuvo que seguir esperando nuevas oportunidades.
2022, cambio de tendencia
Bea empezó el año haciendo prácticas en una perfumería como ayudante de dependienta. Era exactamente el perfil profesional en el que quería medirse como trabajadora. Aprovechó el momento para demostrar sus ganas y su valía:
“En la perfumería me gustaba un poco de todo: atender al cliente, darle consejo…¡alguno me hacía caso!”, comenta la joven.
Pocos meses después, el empeño de Bea, junto a su perseverancia e ilusión tuvieron su recompensa: un contrato de trabajo como Auxiliar de comercio en una importante cadena de ropa y complementos de la ciudad. Le gusta y se siente feliz. Su familia está encantada de verla así. Nuria, su preparadora laboral, destaca su entusiasmo y aplaude la decisión de Bea de “estar abierta a cualquier oportunidad laboral que se presente”.
A día de hoy, Bea puede sentirse muy orgullosa y decir que ha conseguido llegar a la meta que se había propuesto. “Desde Down Vigo, le deseamos mucha suerte y nos enorgullecemos de su valentía y su capacidad de decisión, fundamental para lograr la gran meta de la autonomía personal”.