Bidafarma se une a DOWN ESPAÑA para apoyar la inclusión de las personas con síndrome de Down

Se acerca el Día Mundial del Síndrome de Down -21 de marzo-, y el equipo de la Fundación Bidafarma ha querido mostrar su apoyo al colectivo de personas con síndrome de Down y sus familias firmando un acuerdo de colaboración con DOWN ESPAÑA.

Este convenio consiste en el apoyo de la campaña de DOWN ESPAÑA para una fecha tan señalada, y en una iniciativa de venta de calcetines a personal de farmacia y laboratorio, cuya recaudación será destinada a diferentes proyectos de la Federación para impulsar la inclusión y la mejor calidad de vida para las personas con síndrome de Down.  

Para sellar este acuerdo, el presidente de la Fundación Bidafarma, Leandro Martínez Carrasco, asistió a la sede de DOWN ESPAÑA, donde destacó el valor de esta «alianza estratégica»: “El objetivo de esta campaña es buscar apostar por la importancia de la inclusión y la diversidad. Con ella, se pretende visibilizar la idea de que ninguna persona es igual a otra y que es la diferencia la que nos enriquece como sociedad”, afirmó.

Desde DOWN ESPAÑA, agradecemos el compromiso de la Fundación Bidafarma y su apuesta por la inclusión de las personas con síndrome de Down para ayudarnos a seguir trabajando. Convenios como este, facilitan nuestro labor y ejemplifican la importancia del ODS 17, referente a la necesidad de crear alianzas para lograr objetivos.

Joven emprendedor con síndrome de Down triunfa con su empresa de calcetines locos

‘John Crazy Shocks’ (Los calcetines locos de John, en castellano) es el nombre de la empresa de John Cormin, un joven estadounidense con síndrome de Down, que está triunfando en medio mundo. Y es que, en tan sólo un año, ha conseguido vender más de 30.000 pares de calcetines y ha generado beneficios de más de millón y medio de dólares.


Pero, ¿de dónde surgió la idea? Hace un par de años John anunció a su padre su intención de crear una empresa cuando terminara sus estudios, su principal condición es que fuera un negocio divertido. La primera idea fue montar un camión de comida pero descartaron la idea al no saber cocinar. Entonces surgió la idea de los calcetines, ya que toda su vida había utilizado estos productos con estampados locos y divertidos.

Y no sólo consiguió crear su empresa, si no que a día de hoy envía cientos de pedidos a diario (que siempre acompaña con una bolsa de dulces y una tarjeta de agradecimiento escrita por el propio John) y entre sus clientes están el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el expresidente de EE.UU, George Bush.

Además, su empresa es inclusiva y solidaria ya que cerca de un tercio de empleados tiene algún grado de discapacidad y parte de los beneficios que consigue los dirige a la Sociedad del Síndrome de Down y de Autismo de EE.UU.

Tanto él como su padre están sorprendidos por lo rápido que ha crecido esta pequeña empresa y están pensando en abrir una línea de producto que se distribuya en tiendas. Mientras, John es feliz porque ha conseguido cumplir un sueño y porque “lo que hacemos es repartir felicidad”.

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