Felipe, desde el punto de vista médico lo primero que hay que hacer es un estudio que descarte que hay algún impedimento para su correcta alimentación (masticación y deglución). Si no lo hay, debe tener en cuenta que los niños con síndrome de Down son muy comodones y van siempre que pueden a lo fácil, y en esta función lo sencillo es que me lo den hecho y yo lo trago.

El problema no es de rechazo al alimento sino a la textura. A partir de ahí están todas las estrategias posibles para ir introduciendo poco a poco la alimentación ordinaria, que seguro que hay otras personas que le pueden aconsejar mejor que yo.

Tengan paciencia, porque el asunto la requiere. Es habitual en el síndrome de Down.

Un saludo.
José María Borrel.

Hola Felipe,

No creo que sea una fagofobia; este comportamiento es bastante común en niños con SD y en otros niños con dificultades de desarrollo. Temen atragantarse y prefieren seguir con la comida triturada evitando los sólidos. ¿Han revisado la boca y los dientes? ¿Han probado dándole a comer primero alguna comida chafada que le guste mucho (poca cantidad) y seguir luego con la papilla? Seguro que habrá algunos alimentos sólidos blandos que le gusten mucho a su hija; podrían probar con dárselos en primer lugar, cuando tenga apetito.

Si la niña come en el colegio o en otro sitio distinto a casa, ¿persisten los mismos síntomas? Pienso que hay que insistir y probar con métodos conductuales, aunque hay que asegurarse del buen estado de su boca y dentición.

Suerte y un abrazo.
Isidoro Candel