Buenos días, Caudia Patricia. La verdad es que este tema del control de esfínteres no resulta casi nunca fácil de manejar y entiendo que esté usted un poco desesperada. Tampoco hay soluciones mágicas porque los motivos son variados y desconocidos. Tal vez el niño pueda sentirse incómodo por alguna situación que le produzca estrés y eso le lleva a hacerse encima. Porque si es capaz de aguantar en los viajes, es señal de que tiene capacidad de retención y controla. Habría que ver si existen antecedentes cada vez que se hace encima, algo que pueda explicar los accidentes; pero esto no es fácil, ya lo sé.

Tienen que insistir en sus estrategias y ser constantes; por otra parte, a lo mejor tienen que ponerse un poquito más serios cuando no retiene para que entienda de forma clara y tangible que eso no está bien. Igual que se premian sus éxitos con buen criterio, debe ser consciente de que no se aceptan esos accidentes por su edad y sus capacidades actuales, con el fin de ir extinguiendo esta conducta negativa: mostrarse indiferentes, no hacerle caso, no hablarle, poner cara de enfadados, explicándole los motivos.

Le sugiero también que tracen estrategias en colaboración con los profesionales del colegio, con el fin de que todos vayan en una misma dirección.

Seguimos en contacto. Suerte y un abrazo.

Isidoro Candel