El Supremo valida el testamento de una mujer con discapacidad intelectual
El Tribunal Supremo ha considerado válido el testamento de una mujer con discapacidad intelectual a quien, a pesar de estar considerada incapaz de administrar sus bienes, reconoce la voluntad de dar su herencia a las personas que la habían cuidado y no a los sobrinos que la reclamaban.
El caso enjuiciado es el de una mujer con discapacidad intelectual que murió de cáncer en 2012, y que recibía el apoyo y los cuidados de su prima y la hija de ésta. Es por ello que nombró heredera universal a su prima y a su hija le dejó una finca.
Aunque dos facultativos intervinieron para acreditar la capacidad de la mujer para otorgar testamento, dos sobrinos de la fallecida pidieron la nulidad de estos testamentos y un juzgado de Gijón falló a favor de su pretensión.
Sin embargo, la Audiencia Provincial les dio luego la razón a las beneficiarias de los testamentos y ahora el Supremo confirma el fallo, reconociendo a la mujer fallecida la capacidad para «cuando ya estaba diagnosticada de cáncer terminal y preveía su fin, dejar sus bienes a las personas que le prestaron su apoyo durante toda su vida y en quienes confiaba«, más allá de los vínculos familiares formales.
La sentencia valora que, frente al diagnóstico que la declaró incapaz de administrar sus bienes, hay que prestar atención a la opinión profesional del notario y de las médicas que apreciaron «in situ», cuando la paciente hizo testamento, que «tenía juicio suficiente».
Así lo señaló la médica de cabecera de la mujer, a la que había atendido durante catorce años y quien pudo afirmar con seguridad que «en su opinión, podía hacer testamento y tenía una voluntad coherente de testar a favor de las personas vinculadas a ella«.