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¿Cómo puede afectar la dana a las personas con síndrome de Down?

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La psicóloga y asesora de DOWN ESPAÑA, Beatriz Garvía, reflexiona sobre las consecuencias que un fenómeno natural como la dana puede provocar en las personas con síndrome de Down. Además, ofrece una serie de consejos para que sus familias les ayuden a afrontar situaciones como la que se están viviendo en decenas de municipios de nuestro país.

Un desastre natural genera intensas vivencias y dispara toda una serie de emociones cuya respuesta es impredecible. Las pérdidas, tanto humanas como materiales, son de una gran dimensión y es necesario realizar un trabajo de duelo para poder abordar la situación.

En el momento en el que se produce el desastre, se genera una respuesta emocional y física intensa que se caracteriza por una cierta desconexión con la realidad, como si lo que está ocurriendo no fuera real, pero también pueden sentirse palpitaciones, confusión y aturdimiento.

Posteriormente, se va tomando conciencia de lo ocurrido y pueden aparecer mecanismos de defensa como la negación: negarse a aceptar la realidad dolorosa como si no hubiera pasado nada (falta de expresión emocional) o, por el contrario, reacciones de pánico. Todas estas respuestas son comunes al duelo y se dan en todas las personas.

En el momento y en los días posteriores, la sensación de desesperación, desolación, irritabilidad, frustración, la sensación de abandono y el resentimiento son reacciones completamente normales. También es normal sentir temor, ansiedad, pérdida de interés, alteraciones en el comportamiento, olvidos y otros síntomas que producen mucho sufrimiento. La respuesta a esta situación depende de cada circunstancia individual y del funcionamiento de cada persona.

Se inicia posteriormente el proceso de duelo por las diferentes pérdidas: bienes materiales, seres queridos… Y al duelo se le suman vivencias de miedo, conmoción, peligro, desorientación… Estos sentimientos pueden producir cambios en el comportamiento.

Diversos estudios afirman que no existe una manera concreta de afrontar una tragedia provocada por un terremoto, un tsunami, un huracán o una dana.

La manera en que la sociedad gestione todo este proceso incide directamente en la manera que va a tener cada uno de elaborar el duelo: la confianza en las autoridades, en que se van a recibir ayudas, sentir que no se está solo, el apoyo de los demás, la solidaridad o la empatía son aspectos que van a ayudar a enfrentar la situación.

Existe una realidad especialmente terrible y es la del familiar desaparecido. Un duelo comienza cuando se da una pérdida, pero, en el caso de una persona desaparecida, no existe la perdida hasta que no se confirma. Por lo tanto, hay esperanza, pero también mucho miedo, mucha incertidumbre y una incapacidad psicológica para empezar a elaborar un duelo. Aparecen entonces sentimientos de dolor, rabia y desamparo. 

En un primer momento, tenemos que poder aceptar todas estas emociones y sentimientos, pero es necesario gestionarlos para evitar en lo posible que el duelo se enquiste.

¿Cómo ayudar a las personas con síndrome de Down ante una situación catastrófica?

Superar una dana u otra catástrofe puede ser un reto muy complejo para las personas con síndrome de Down, debido a su sensibilidad emocional y su necesidad de estabilidad. Las personas que no tienen suficiente desarrollo cognitivo para comprender la situación, como es el caso de las personas con síndrome de Down, tienen los mismos sentimientos y emociones que el resto de la población. Sin embargo, dependen de los demás, ya que, habitualmente, no son ellos los que toman las decisiones y captan perfectamente el estado emocional de las personas con las que conviven y a las que quieren. Por eso, necesitan información. Tendemos a no informar para “que no se traumaticen” y el efecto es en contrario: nada angustia tanto como el no saber qué pasa. 
Las interrupciones de la rutina, la separación de los cuidadores como resultado de evacuaciones o desplazamientos y el estrés de los padres y familiares después de un desastre, contribuyen al aumento del miedo y el temor a las pérdidas. Las personas con síndrome de Down suelen ser muy resilientes y las reacciones a los desastres pueden resolverse con el tiempo, pero hay que estar atentos para detectar los efectos a largo plazo del estrés crónico.

Es muy importante poner atención a cualquier cambio en su comportamiento y cualquier otra señal que pueda indicar angustia emocional. Algunas personas podrían retraerse, mientras que otros canalizarán su ira con comportamientos agresivos. No es inusual que reaparezcan conductas regresivas, pesadillas o síntomas de una enfermedad.
Si la persona con síndrome de Down ha perdido a algún familiar en la tragedia hay que comunicárselo lo antes posible y evitar, en la medida de lo posible, que reviva los hechos a través de los medios de comunicación.

Para reducir el estrés y ayudar a elaborar el duelo es importante:

-Proporcionar información clara y adaptada al nivel de comprensión de cada uno. Se pueden utilizar dibujos o imágenes. Lo importante es que nos cercioremos de que están entendiendo lo que les explicamos.

-Hablar con otras personas sobre lo que ha pasado. Es necesario expresar la tristeza, el dolor, la ira y el temor por lo sucedido y lo que se está enfrentando. Es importante que expresen sus sentimientos para poder apoyarles emocionalmente aceptando que es normal que estén asustados, que tengan miedo, rabia o tristeza.

-No aislarse. Si la situación lo permite, es importante buscar y mantenerse en contacto con su comunidad, amigos, familiares, vecinos y compañeros.

-Mantener las rutinas en la medida de lo posible.

-Intentar que se sientan seguros, pues el miedo a que vuelva a ocurrir está presente.

-Involucrarles en las tareas de recuperación. Participar en la comunidad les ayuda a sentir que están contribuyendo y se fortalecen los lazos sociales.

-Vigilar la alimentación y el sueño por si hubiera alteraciones y velar porque se mantenga una buena alimentación y el descanso adecuado para favorecer su bienestar emocional.

-Incorporar actividades que les relajen como ejercicios de respiración, yoga, etc…

-Buscar atención médica y psicológica si sus reacciones postraumáticas se agravan.

-Reforzar los pequeños logros y su capacidad para manejar la situación para aumentar su confianza y resiliencia.

Estos pasos pueden ayudar a las personas con síndrome de Down a manejar mejor el impacto emocional de una dana u otra situación catastrófica y fortalecer su capacidad de recuperación y bienestar emocional.

Es importante ser realista en lo que respecta a la recuperación. Puede que no sea un proceso fácil ni rápido y que se deban enfrentar muchos retos. No se puede tener todo bajo control. Debemos tener paciencia y confianza. Estas situaciones son excepcionales y nadie está suficientemente preparado para afrontarlas y asumirlas.

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