Beatríz Garvía: “Los adolescentes con síndrome de Down no deben ser infantilizados”

¿Es la rebeldía sinónimo de adolescencia? No tiene por qué, pero sí es común que los adolescentes quieran tomar sus propias decisiones mientras definen su personalidad o identidad. La adolescencia es una época de cambios para todos, también para las personas con síndrome de Down.
Con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down -21de marzo-, desde DOWN ESPAÑA, hemos lanzado la campaña #TanComoTú, con la que, a través de cinco vídeos, queremos hacer reflexionar a la sociedad sobre la necesidad de construir una comunidad en la que las personas con síndrome de Down se sientan incluidas en todos los ámbitos y etapas de sus vidas.
Por eso, una de las escenas de nuestra campaña #TanComoTú, pretende reflejar que los adolescentes con síndrome de Down sienten, piensan y actúan como cualquier otro.
En una entrevista, nuestra experta en Psicología, Beatriz Garvía, nos explica que “la adolescencia está muy ligada a la participación en un grupo”. “Los adolescentes necesitan de un grupo de iguales (otros adolescentes) que le sirva de referente para hacer las cosas normales a esa edad: salir con amigos, pedir en un bar lo que les apetece, quedar con el chico o chica que les gusta, ir de compras y elegir lo que les gusta… Los adolescentes con síndrome de Down, también lo necesitan. Deben recibir mensajes de normalidad y no ser infantilizados”.
“El grupo dicta la moda, las costumbres y en él, los adolescentes encuentran un reforzamiento muy necesario. Sin embargo, muchos adolescentes con síndrome de Down carecen de estos espacios, lo que puede afectar a su identidad y autoestima”, destaca Garvía.
Por otro lado, nuestra asesora en psicología señala que esta etapa de la vida suele implicar una “reivindicación de libertad, de autonomía y de toma de decisiones, que a menudo se enfrenta a la sobreprotección familiar».
“La rebeldía, lejos de ser negativa, puede ser una forma de buscar independencia”, Garvía.
“La clave para fomentar la independencia en personas con síndrome de Down radica, por un lado, en la confianza, la educación emocional y afectiva proporcionadas por el entorno más cercano y, por otro, en el sentimiento de inclusión que puede ofrecer la sociedad en general”, subraya.
Como explica Garvía, “la inteligencia emocional facilita las relaciones interpersonales, fomenta la empatía y permite el desarrollo de la competencia social. Aspectos como la cooperación y las relaciones de amistad son fundamentales para la inclusión real”.
Por eso, desde DOWN ESPAÑA, a través de la escena de Eva, reivindicamos una sociedad abierta y responsable que asuma la diferencia y se adapte a ella para favorecer la plena inclusión de las personas con síndrome de Down.
Animamos a la sociedad a sumarse a nuestra campaña #TanComoTú para exigir una sociedad más inclusiva y a colaborar, a través de nuestra web, para mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down: www.sindromedown.org.